El Cuatro

El Cuatro, tiene sus orígenes muy remotos, hay quienes afirman que ya existía en el año 3.000 A.C, porque se han encontrado instrumentos similares en Egipto, los que a su vez son derivados de instrumentos Caldeos-Asirios.    
El Cuatro nace como modificación del Quinto, siempre elaborado en forma muy rústica, usando para ello, trozos de madera autóctono y cuerdas de fibra vegetal, muy duras, las cuales se adelgazaban con conchas de moluscos, más adelante con tripas de animales, siendo disecadas y templadas al sol, a objeto que emitieran sonidos que en cierto modo, igualaran a los expedidos por los instrumentos españoles.    En sí, los aborígenes y esclavos, buscaban en ese instrumento que acompañaban con guaruras, pitos, tambores y maracas, momentos de esparcimiento y un aliciente para llevar menos pesada la existencia a la que estaban sometidos por los conquistadores.

 

De allí, el Cuatro se estampa en persistencia, tanto en momentos de tristeza y soledad, como de felicidad y alegría, dentro del criollismo venezolano. Para el Siglo XIX, algunos carpinteros de profesión, en sus ratos de ocio, construían este instrumento, solo por afición a la música, para amenizar las parrandas, bailes típicos, entre otros. Las primeras transacciones que se hicieron con el Cuatro, son las llamadas permutas por los artesanos, ó sea, que a cambio de éste, los carpinteros recibían turrones, arroz con coco, empanadas, jaleas de mango, y otras meriendas típicas, entre otras cosas.

El Cuatro es un instrumento cuya elaboración es manual y envuelve talento,
dedicación y una vida de experiencia. Dado su carácter tradicional, familias enteras en Venezuela se han dedicado por generaciones a la elaboración de este instrumento. Las maderas más utilizadas en su fabricación son el cedro y el pino, generalmente el diapasón y la media tapa se fabrican con maderas preciosas, para que no se rayen ni desgasten con el roce de las uñas. 
Es el instrumento menor o acompañante de todo conjunto musical llanero, se le ha distinguido como "guitarro". Anteriormente tiple, fue en el llano mismo el instrumento acompañante hasta que el cuatro lo desplazo definitivamente. Es un instrumento para ser ejecutado como solista y también como acompañante, tanto para música ritual como diversional y está presente en todas las regiones de Venezuela. En Lara, por ejemplo, existe la mayor variedad de cuatros para el acompañamiento del tamunangue, principal manifestación musical del estado. 
 
Estos cuatros se diferencian por el tamaño, el número de cuerdas y su afinación. Se pueden encontrar así el cuatro y medio, el cinco, el cinco y medio, el seis y el octavo. El arraigo del cuatro en la música venezolana va hasta su adecuación a los nuevos tiempos, tanto en la música popular como en la académica está presente este instrumento.    

El cuatro llega al siglo XXI y promete quedarse alojado por siempre en la idiosincrasia de los venezolanos, cantando historias, sonando amores, vibrando cultura.
El cuatro venezolano, también conocido como cuatro llanero o cuatro tradicional, se usa en la ejecución de ritmos venezolanos entre los que más se destacan: el orquídea, el joropo, el merengue venezolano, la gaita de furro, la parranda central, el vals y el aguinaldo. El cuatro es parte inseparable de los conjuntos típicos de música llanera, junto con el arpa llanera (o bandola, según el caso) y las maracas. También se utilizaba como acompañamiento de canciones de ordeño que fue lo que dio origen a la tonada venezolana. Suele tener una función de acompañamiento, aunque también puede ocupar un puesto de solista, como instrumento de concierto, en algunos casos (por lo general, fuera del ámbito de la ya mencionada música llanera).
Normalmente se toca rasgueando las cuerdas con la mano derecha y haciendo los acordes con la mano izquierda. La afinación estándar no permite muchas salidas de este esquema, por lo que a veces es necesario cambiar la afinación para llegar a nuevas posibilidades melódicas, como en el caso del cuatro solista.